Realidoflexia: Acción de modificar la realidad a través de dobleces, flexiones y torciones para conseguir lo irreal.

8 feb 2010

Entremos a la cárcel


En diciembre del año pasado tuve una experiencia insólita. Por azar fui invitado a la cárcel de Santa Martha Acatitla a presenciar una obra de teatro. No pude dejar pasar la iniciativa, allí grabó El Tri su legendario disco en vivo, pensé. Acepté.
Un grupo de amigos del Foro Shakespeare y prensa (entre ellos yo) fuimos convocados un domingo temprano a las afueras del Foro, en la Condechi. Allí pasó una camioneta por nosotros para llevarnos al reclu.
El viaje fue largo, entre conversaciones sostenidas por poetas, gestores culturales, periodistas, actores, directores de teatro y demás fauna del estilo, sobre la decantación de la expresión humana en el mundo actual y cosas así. Conforme nos acercamos, la geografía urbana nos preparó para lo que veríamos tras las rejas. Las casas, calles y miradas parecían una extensión depurada de lo que nos esperaba. Afortunadamente conté con la compañía de Benja García con su charla amena y soez que me aligeró el trayecto.
Llegamos. Esperamos afuera unos quince minutos. Los muros altos de cemento son demoledores, parece que la imaginación se topa allí con el monolito de la muerte. Entramos y esperamos otros treinta minutos, en los cuales nos pidieron nuestras credenciales (entiéndase literalmente). Benja no la llevaba, así que tuvo que regresar por su cuenta.
Adentro, pasamos por algunos retenes, nada de que espantarse. Incluso estuvimos en un espacio que parecía salón de preprimaria, antes de que lleguen los chamacos. Después nos condujeron por un pasillo hasta llegar a un área común donde los presos andan “libremente”• Cada ojo, cada músculo, cada tatuaje, cada boca era un reto. Traté de caminar con la mirada al frente sin sostenerla la mirada a nadie, no fuera a ser que me ganara un pleito. Entonces caminaba con una actriz. Un hombre recargado en el muro de la derecha dijo “buenas tardes” alargando la última e. Otros lo imitaron. Me puse tan nervioso que no hice nada, sólo caminar. Ella, en cambio, devolvió el saludo. Su valor me humilló un poco y la imité.
Llegamos a un auditorio. El olor no era exactamente desagradable. Las luces blancas en el techo de unos quince metros de alto daban la sensación de estar en una bodega. Pensé, aquí estuvo “el rockero de México, Alex Lora”.
Una fila de hombres vestidos de frac miraban a un punto en el espacio. Nos sentamos en una formación poco convencional: tres hileras, una contra otra y una más lateral. Se apagaron las luces, un grito rajó el espacio y todo comenzó.
Reí, me enfadé, reflexioné, suspiré, me sentí agobiado, divertido, entrometido, mirón, incrédulo, sorprendido. La tarea escénica y los parlamentos eran una joya soltada en cada intervención; como esa en que un hombre llega vestido de mujer, con peluca rubia, cantando “Así fue” de Juanga.
En el regreso me enteré que Cabaret Pánico es una iniciativa del Foro Shackespeare en coordinación con el reclusorio Santa Martha Acatitla. La obra está “inspirada” en el texto Ópera pánico, de Alejandro Jodorowski, con líneas de los propios reclusos, bajo la dirección de Itari Marta y Luis Herrera. El proceso fue largo: primero vino el acercamiento del Foro con los reclusos, después el trabajo de escritura y al final el trabajo de montaje. Nueve meses en total.
No les cuento más, mejor los invito a que se apunten a ver la segunda temporada de esta apuesta en escena. Comienzan en febrero y concluyen en marzo. Esta vez incluirán una gira por diferentes reclusorios de la Ciudad. Consulta el más cercano a tu casa, contacta a la gente del foro (los datos están en la página: www.foroshakespeare.com/) y vive esta experiencia inigualable. La entrada es gratis.
Ya sé que al final parece promoción, y lo es.

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